Para los felinos, dos de los elementos más importantes son la delimitación del territorio y la identificación de los compañeros que viven con ellos. Por eso, cuando tu gato frota su cuerpo contra tus piernas, lo que está haciendo es esparcir su olor sobre ti para identificarte como “suyo” y, al mismo tiempo, miembro de su grupo.
Ahora bien, ¿qué ocurre cuando lo que frota es su cara? Pues algo similar. En el rostro de los felinos se encuentran glándulas encargadas de liberar las feromonas, específicamente entre cada ojo y cada oreja, y alrededor de la boca. Estas mismas feromonas, además, también son secretadas a través de las patas y los flancos.
¿Qué son las feromonas? Son sustancias químicas en forma de aromas que secretan los felinos, entre otros animales, para enviar ciertas señales a otros individuos de su misma especie. En este sentido, las feromonas pueden indicar, por ejemplo, si el felino se encuentra en celo, cuál es su estado de ánimo o sirven como una especie de método de identificación, ya que también permiten que distintos felinos se reconozcan entre sí.
Debido a esto, cuando tu gato frota su cara contra la tuya o contra tus piernas es, en parte, para impregnarte de ese olor, de sus feromonas, y marcarte como parte de las cosas que le pertenecen. Piensa que, cuando sales de casa cada día, se adhieren a ti toda clase de olores que desvanecen el aroma de tu gato cuando vuelves, así que le corresponde realizar el marcaje nuevamente para que el suyo sobresalga entre todos los demás.
De esta forma, cuando acaricias a otro animal fuera de casa, por ejemplo, puede sentir el olor de tu gato y, a su vez, tu felino percibe que has mimando a otra mascota.
Por si fuera poco, este marcaje también sirve para crear un olor común, una señal de identificación que os señalará a ti, a las otras personas que vivan en casa y al gato como miembros de una misma familia.
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